Creo que llegamos a un momento crucial de este matrimonio. La vida acá en Padua no da para más. La casa de mi suegro nos queda chica, los problemas aumentan y tenemos que decidir qué haremos.
Según mi marido, antes de fin de año vamos a estar viviendo en otro lugar. Que tenga fe que la ocasión se va a presentar. El también se pudrió de seguir viviendo en su casa de toda la vida; considera que un ciclo está cumplido, que ya es momento de "armar el nidito en otro arbolito". Tiene razón.
-Vos fijate, no hay espacio para los chicos, y si Ayu volviera con nosotros estaríamos amontonados y hacinados. Necesitamos un lugar para nosotros solos, si queremos andar en pelotas andamos, si queremos invitar a alguien lo hacemos y si queremos que se quede a dormir también.-
-¿Pero adónde?-
-Vos tené fe, ese lugar va a aparecer. Para fin de año vamos a estar en otro lado-
-Espero que Dios te escuche-
-Y con Ayu, los 6 juntos por fin-
-Pero Ayu es una nariz parada, las pelotas va a venir a cualquier lado con nosotros-
-Tené fe Naty, va a pasar-
-¿Acaso tenés la bolita de cristal?-
-Ufffff, acordate lo que te dije-
Todo esto viene a cuento de la situación actual de la casa. Mi suegro está demasiado venido a menos. No mueve un dedo, casi ni está en casa, y cuando viene se sienta frente a la computadora y ahí se pasa horas y horas. Después mira y mira tele no sé hasta qué hora. Supongo que debe estar deprimido por no saber qué hacer, en qué ocupar el tiempo. Solamente piensa en Iván, July y Anto son las grandes marginadas. Se la pasa refregando que la casa es pura y exclusivamente suya y no hace nada por su bendita casa. Si nosotros no limpiamos o pagamos casi todos los servicios esto se derrumba. Se queja de todo y si no fuera por nosotros esto sería un nido de cucarachas. Va a molestar este comentario pero es la verdad. Por esa razón queremos irnos, hacer nuestra vida. Cuando hace 4 años vine acá a vivir no esperé esto.
Y volver con mi mamá.... mmm, no es buena idea. Eso significa separarse de Christian. El me comentó una vez que debería haberse mudado a Castelar cuando nos casamos y no ir nosotras; ahora ya sucedió lo que sucedió.
Así que el dilema es: o tomamos las riendas absolutas acá o nos vamos a la mierda.
Si no nos decidimos nosotros a hacer las refacciones que hagan falta para mejorar la casa (que necesita mucho) o levantamos campamento.
El tiempo dirá.
Hasta prontito.
Naty
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